jueves, 28 de agosto de 2008

El Absolutismo


Causas del surgimiento del Absolutismo
La burguesía apoyaba la concentración del poder para estabilizar la economía dentro de todo el territorio de un Estado.
El protestantismo o Reforma protestante, iniciado por Martín Lutero distanció a un Estado como Alemania de la Iglesia y los Estados papales y disminuyó su importancia en las decisiones del Rey.
La conquista de América llevó a países como España y Portugal a acumular grandes cantidades de riquezas en oro y plata (Mercantilismo) lo que demostró que el absolutismo tenía más poder sobre los países vecinos.
La necesidad de juntar fuerzas militares como en el caso de la guerra de los cien años entre Francia y el Imperio Británico obligó a los Estados a poseer un ejército regular comandado por el Rey y ya no por señores feudales dispersos e incomunicados.
La crisis de la servidumbre
Principios básicos del Absolutismo
El poder es de caracter divino: la autoridad del Rey fue designada por Dios.
El Rey tiene un trato paternal con el pueblo.
La autoridad del Rey es absoluta, no debe pedirle permiso ni al Parlamento ni a los nobles para tomar decisiones.
La autoridad del Rey está sujeta a la razón.
Razón de Estado
El gobernador absolutista debe regirse por criterios para lograr el poder, bienestar y la riqueza del Estado. el gobierno no debe ser absoluto
Caracterización

Las principales características del absolutismo fueron el rey único, vitalicio, hereditario y teocrático lo que hacia que el monarca dictara todas las leyes de acuerdo a sus intereses y la de los nobles, que estaban para aconsejar al rey en sus decisiones aunque éste siempre tenía la última palabra; el rey manejaba los hilos de la iglesia y era el jefe temporal, lo que quiere decir que manejaba la parte administrativa y todo lo que tiene que ver con sus riquezas, mientras que la parte de la fe y la creencia religiosa eran atribuidos al clero; se practicaba una economía mercantilista en donde todo estaba respaldado en metales como el oro y la plata siendo este sistema responsable por las miserias que azotarían Europa luego y que serán cambiados por sistemas más liberales, y a su vez muy controlada para así poder cobrar los impuestos necesarios para poder mantener la acomodada vida del rey y los nobles en el Palacio de Versalles en el caso de Francia con todas sus fiestas y más de un centenar de habitaciones. En cuanto a la sociedad, ésta es estamentada, por lo que si naciste campesino serás campesino y no contarás con los privilegios de la nobleza: por más que seas noble y no tengas dinero, tu condición de noble no te la quita nadie en aquel entonces.
Este régimen, para poder funcionar y asegurar su continuidad, debe contar con un ejército que apoye incondicionalmente al rey y para a su vez apoyar y mantener el sistema monárquico en orden y controlar cualquier tipo de revueltas contra éste, una burocracia con ministros y funcionarios públicos a cargo que la hagan funcionar correctamente para que así se mantenga el poder monárquico, un grupo de embajadores que se encargaban de los tratados comerciales, de guerra, y matrimoniales ya que todos los reyes europeos se casaban entre ellos para asegurar las coronas reales y estos casamientos siendo pura y exclusivamente por interés, un sistema tributario fuerte que pueda mantener en pie todos los gastos del Estado y del monarca, así como también la flota, el ejército y la burocracia.
En resumen, el objetivo del absolutismo es la concentración y el monopolio de la autoridad y el poder del estado en la persona del rey.
Para el historiador R. Mousnier, la monarquía absoluta es el resultado de la rivalidad de dos clases: la burguesía y la nobleza. El rey arbitró el conflicto, apoyando a la burguesía y domesticando a la nobleza, conduciendo ese conflicto a un equilibrio que aseguró su poder personal y la unidad, el orden y la jerarquía en el Gobierno y en el Estado. Llevó a la sumisión total y a la obediencia sin límites.
Por el contrario, según Perry Anderson, "el estado absolutista nunca fue el árbitro entre la aristocracia y la burguesía, ni mucho menos, un instrumento en la naciente burguesía contra la aristocracia". El absolutismo fue en su esencia, según este historiador, un aparato reorganizado y potenciado de dominio feudal. Fue el nuevo instrumento de una nobleza amenazada que le permitió seguir obstentando el dominio del poder político y mantener a las masas campesinas en la base de la jerarquía social y a la burguesía emergente apartadas del gobierno. Paradojalmente, dice el autor, si bien el estado absolutista fue un instrumento para la protección de la propiedad y los privilegios de la aristocracia feudal, los medios que empleó favorecieron simultáneamente los intereses básicos de las nacientes clases mercantiles y menufactureras, posibilitando el desarrollo del de las estructuras capitalistas.
Límites del poder absoluto
El Antiguo Régimen es el nombre que se da al conjunto de rasgos políticos, jurídicos, sociales y económicos que caracterizaron a Europa y sus colonias durante los siglos XVII y XVIII. El modelo político característico es el de monarquía absoluta, cuyo rasgo central es la concentración de todo el poder en el rey sin control o límites de cualquier tipo. A pesar de esto, las condiciones de la época así como algunos elementos remanentes la Edad Media, determinarán que en los hechos el poder de los reyes absolutos tenga ciertos límites, ello no obsta que ninguna institución o persona pueda ejercer control sobre ellos.
Estos límites son:
1. La Ley Divina Cristiana: el Rey, al igual que todos los cristianos está sometido a los 10 Mandamientos.
2. Las Leyes del Derecho de Gentes: son aquellas disposiciones que derivan de tradiciones antiguas, determinan cosas como la herencia, el mayorazgo, etc. Aquellas que se vinculan al ejercicio directo del gobierno, fueron desplazadas por los monarcas en el proceso de consolidación del absolutismo (tal el caso del recurso a cortes o parlamentos para la definición de ciertas medidas, en Francia, por ejemplo, los Estados Generales dejaron de ser citados en 1614, y solo volvieron a sesionar en 1789).
3. Las leyes fundamentales del Reino: un conjunto de normas relativas al fundamento del Estado. Sus elementos básicos son:
• Noción de continuidad del Estado. El Estado es independiente de los reyes; si muere el rey para a su sucesor.
• Ley de sucesión.
• El principio de legitimidad. El rey no podía modificar la ley de sucesión.
• Si el rey es menor o incapaz, puede ser asistido por un regente.
• El principio de religión. La corona debía titularla un príncipe católico (a partir de la Reforma, los reinos protestantes aplicaron este principio).
4. El escaso número de funcionarios: aunque los regímenes absolutos se apoyaban en una burocracia numerosa y eficiente, comparados con cualquier Estado actual el número de funcionarios era mínimo, y completamente insuficiente para que las determinaciones del monarca se cumplieran efectivamente.
5. Las limitaciones del sistema de caminos: en la Época Moderna los caminos transitables, los puentes y los canales eran muy escasos, la velocidad de comunicación era la del galope del caballo, por ello las disposiciones del rey demoraban en llegar a destino, incluso muchas veces lo hacían cuando ya eran inaplicables. En el caso del sistema colonial, se aplicaba muchas veces la fórmula “se acata pero no se cumple” para aquellas disposiciones cuya aplicación no era pertinente en las colonias.
6. La persistencia de aduanas internas y derechos señoriales: como remanente de la dispersión del poder en la época feudal y el proceso de unificación de los Estados todavía inconcluso, persistían algunas aduanas internas. Del mismo modo, algunos nobles conservaban privilegios especiales como herencia de la época feudal.
Consecuencias del Absolutismo
El surgimiento del Iluminismo
La Revolución Francesa
La restauración del poder del parlamento inglés.
Conclusión En definitiva, el periodo absolutista se caracteriza por gobiernos dirigidos por una persona que no responde de sus actos ante sus súbditos, y en donde las desigualdades sociales son muy fuertes. La crisis del absolutismo traerá una época de cambios radicales en las formas de gobierno, como la Revolución Francesa y la Norteamericana, que están en el origen de los regímenes democráticos contemporáneos

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